La reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en 2024 representa un desafío importante para la industria logística y automotriz de México. Trump es conocido por sus políticas proteccionistas y su discurso “Estados Unidos primero”, lo que se traduce en la posible imposición de nuevas tarifas arancelarias a las importaciones mexicanas, especialmente en el sector automotriz.
Recordemos que hace un par de meses, el presidente estadounidense electo impuso aranceles del 100% a los autos chinos que se fabriquen en México.
Estas medidas podrían encarecer significativamente las exportaciones de vehículos y piezas de México, reduciendo su competitividad frente a otros mercados como Canadá y Europa. Además, existe preocupación por posibles cambios en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), lo que obligaría a las empresas mexicanas a reconfigurar sus cadenas de suministro.
El gobierno mexicano, representado por el secretario de Economía Marcelo Ebrard, mantiene un tono optimista sobre la posibilidad de renegociar el T-MEC en 2026, destacando el crecimiento reciente del comercio bilateral. Sin embargo, la industria mexicana deberá prepararse para un entorno más volátil, diversificando sus mercados de exportación y fortaleciendo alianzas estratégicas.
En respuesta a este contexto de incertidumbre, se ha lanzado el evento “Road 2 Logistics” para analizar la situación de la cadena de suministro automotriz mexicana y definir estrategias logísticas para los próximos años. Y que de esta forma, ambos países salgan beneficiados.
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